Etiqueta: si no haces lo que digo arderás en el infierno

La crisis eléctrica y tú


El título puede dar a malentendidos. No, no voy a explicar detalladamente en que consiste el fenómeno electromagnético ni nada por el estilo… Primero porque soy cientista político y eso se sale de mi ámbito; y segundo, para algo hay libros. :p

Lo que vengo a exponer acá es el temita de la crisis eléctrica, que ya ha sido tratado varias veces en esta bitácora y que (gracias a Monesvol) me equivoquécon eso de «¡¡¡EL APAGON NACIONAL VA A CHEGAAAAR!!!

Vamos a tratar la cosa como si le tuviera que explicar a alguien que no se entera.

Bien; para nadie es un secreto que estamos en una crisis eléctrica, o para ser más exactos, una crisis con el suministro de energía eléctrica.

Este tipo de crisis suelen suceder; porque el encargado del suministro no puede mantener los aparatos, cables y estaciones (es lógico que hay que hacerlo, se dañan como todo) o porque no ha invertido en crear nuevas estaciones, aparatos y nuevos cables.

No es lo mismo una crisis de inversión para expansión que una crisis de mantenimiento, aunque una crisis de inversión pueda traer una crisis de mantenimiento; al revés no es tan cierto.

La demanda de electricidad crece con la población, y quien administra el sistema eléctrico nacional debe invertir en equipos, maquinaria, cables y ese tipo de cosas para aumentar la producción de energía de manera que no haya. Y como eso es bastante complicado y no se hace en dos patadas, un estado decente hace previsiones a largo plazo (5-10 años) para construir obras de infraestructura energética para satisfacer la demanda de la (futura) población.

Por eso es que el Guri abastece energéticamente a la mayoría de la población venezolana aún luego de 40-50 años de funcionamiento; porque fue proyectado para un crecimiento mayor de la población.

Dicho mal y rápido… la crisis parece ser (fundamentalmente) de inversión. Es decir, el gobierno nacional (recordemos que el Estado ejerce un monopolio -solo él- sobre la administración del sistema eléctrico) no dirigió de manera adecuada a las compañías eléctricas regionales (la hoy Corpoelec) para que invirtieran en nuevas cosas.

Esto puede tener varias causas… ya sea porque simple y llanamente no les dio la gana; porque el presupuesto se quedó corto (hay bastantes cosas en las que gastar en la Venezuela bolivariana, como los subsidios a Mercal o PDVAL); porque fue «desviado» a otras partidas presupuestarias (ergo, se lo robaron); o porque la Corporación Eléctrica Nacional ha caído en rojo y no es rentable (por multitud de causas como pago excesivo de personal, mala cobranza, robos de electricidad).

La cosa se agravó con una simpática sequía en 2010, lo cual ocasionó que el nivel de agua represada en el Guri bajara peligrosamente, ocasionado los racionamientos y las campañas de concienciación (y las más variadas excusas para explicar los apagones).

Ya no hay sequía y la conspiranoia chavista empieza a pregonar sobre posibles sabotajes y ese tipo de cosas. Ahora nos echan la culpa a nosotros los ciudadanos por usar de manera irracional la energía.

Sí bien es cierto que somos el país que consume más por habitante; los esfuerzos de concienciación del buen uso de la energía TIENEN que ir paralelos a una inversión en producción de energía, diversificación de energía (es un suicidio depender únicamente del Guri), y expansión del sistema debido al aumento de nuevas bocas que alimentar.

Lindo. ¿No?

Comentarios Constitucionales (I)


Leyendo la Constitución vemos que no refleja en ningún momento el deseo de una clase de perjudicar y hasta acabar con la otra – como ocurrió en Rusia, etc.- sino que, como hemos visto en las páginas precedentes, se ampara a la libre empresa, la propiedad privada, la libertad de pensamiento, el respeto a las patentes, la libertad de asociación y de reunión y el salir o entrar en el País cuando le venga a uno en gana. Otra cosa es que la Constitución ponga su mayor acento en las clases populares en el sentido de universalizar la Seguridad Social, proclamar el derecho al trabajo y otras reivindicaciones semejantes en busca de una paz que la necesitan todas las clases sociales, la sociedad entera. Si la Quinta República fracasara, no será por lo que dice la Constitución, sino porque no se la obedece.

Juan Garay (2012); «La Constitución Bolivariana comentada y con índice alfabético explicativo«; pág. 26; negritas del autor